Soneto Alejandrino: La sombra de mi mismo

La sombra de mi mismo
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Así vive y perece la sombra de mi mismo,
con el tiempo dejando virutas de los hechos,
sobre un camino lleno de bellos o maltrechos
momentos que parecen ser solo un espejismo.
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Ella mide sus pasos ajena al eufemismo
en medio de pasillos escépticos y estrechos;
esconde los secretos en desiguales lechos
cuidando de sus logros con pena u optimismo.
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¡Oh Dios!, esa es la sombra que yo mismo forjé;
sin reprocharse nada avanza decidida
por esa corta línea que apenas si se ve.
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Desde el alba primera, por ambos compartida,
ella es juez y testigo de todo lo que se
desde el preciso instante que yo le diera vida.
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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.       

Soneto: Una hoja en tu presente

Una hoja en tu presente

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Esa hoja arrebatada de la frente

de un peculiar amigo que despierta

con la boca pintada y boquiabierta

cada día que suma… pierde un diente.

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Esa hoja de laurel fría y caliente

que acostumbra a mostrar en zona muerta

doce lienzos famosos tras la puerta,

cada día da muestras del presente.

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Vestida con lunares de colores,

tú la has visto crecer día tras día

al amparo del sol y de la luna.

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Cuando quede desnuda de valores

y de días de gloria este vacía,

será un viejo pasado por fortuna.

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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.

 

Soneto con eco : Sentir sufrir callar llorar

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Sentir , sufrir , callar , llorar

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El eco de una voz templada , agrada

a todo ser enamorado , atado

a ese gusto y sabor preciado, dado

que es dulce miel dorada y deseada.

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La piel canela es la morada amada

del más visible al más soñado hado,

es el sumun del reposado estado

de quien no tiene la mirada helada.

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No se puede evitar sentir sufrir ,

ni tampoco evitar callar, llorar,

si el desamor es un Cupido ido

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Hay que arrastrar un sinvivir , morir

con la esperanza de lograr hallar

otro amor con el nido protegido.

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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.

Soneto: en el regazo de la ausencia

En el regazo de la ausencia (Soneto)

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En mi alma navega la ternura

el recuerdo inmortal del verbo amar;

los geniales abrazos, la dulzura

y los besos que no quiero olvidar .

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La sensación de desconsuelo brota

y no quiere salir del interior

de este cuerpo que guarda cada gota

que dejara la esencia del amor.

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Solo queda presente un triste eco

con aliento cargado de impotencia,

intentando colarse en cualquier hueco

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del corazón que añora tu presencia.

¡Oh!, madre de nombrarte a veces peco

sentado en el regazo de la ausencia.

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Fotografía y poema: Ramón Bonachí. 

Soneto: Paisaje

Un paisaje

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Esta vistosidad a manos llenas,

este remanso en calma que susurra

es un instante vivo en la profunda

secuencia de algún sueño que despierta.

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Ese suspiro libre que se presta

a romper una paz casi absoluta,

es el desnudo de un valor en busca

de una mirada en alas de cualquiera.

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Ahí aparece un mágico momento

que muestra desde el este hasta el oeste

un infinito que no tiene dueño.

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Esa imagen visible que contiene

el poder de parar incluso el tiempo

es un pasaje que en los ojos crece

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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.

Soneto: Hablando del amor

Hablando solamente del amor (Soneto )

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Escogí unas palabras al azar,

luego las decoré como quería;

hice poemas llenos de armonía

y de aromas a perlas de azahar.

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Le puse a cada verso el verbo amar

con ansias de llenar la poesía

de lirismo y hermosa melodía

bajo una tenue luz crepuscular.

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Sobre el regazo de lo más sencillo

dejé dulces cerezas en la boca

de cada estrofa escrita sin pudor.

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Divino será ver si sale brillo

de la improvisación sumisa o loca,

hablando solamente del amor.

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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.

Soneto a una pintura : Resentimiento

Soneto a una pintura

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Resentimiento

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Antes de que el pecado se despierte

anhelando una piel de porcelana,

dos miradas esperan que la suerte

se acerque hasta el desnudo de Susana.

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El gozo sin placer quedará inerte,

nadie le hincará el diente a la manzana;

el rechazo sufrido no divierte

a dos vestidos viejos con sotana.

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Qué frágil el honor si se mancilla,

qué fuerte la mentira cuando nace

en boca de quien tiene mal aliento.

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Mas siempre la verdad que asoma… brilla

sobre lo falso, y eso no complace

a quien humilla por resentimiento.

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Obra de: Artemisia Gentileschi (Susana y los viejos)

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Poema: Ramón Bonachí.

Sextetos Italianos: Al calor del verano

Sextetos Italianos Alejandrinos

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Al calor de un verano

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Al calor del verano, cual sonrisas al viento,

y con planes en mente propios de un bello cuento

decidimos ser parte de un instante especial.

Dormir o despertar en el vientre de un puente

(a la espera de retos con la sangre caliente)

era el preciado sueño que ansiaba cada cual.

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Dejaban “día y noche” a pie de nuestras botas

aventurados tonos e innumerables notas

de canciones que hablaban simplemente de amor.

Con la luna y el sol decidiendo el destino,

y mezclando la suerte con pan de ayer y vino

todo momento amargo hoy sabe algo mejor

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Que suerte el acercarse paso a paso y sin prisas

a todos los ocasos que alentaban sonrisas.

aunque luego algún pero nos llegara asustar.

A cada cruce nuevo dejábamos figuras

de un antes de cristal con viejas aventuras

al calor de un verano difícil de olvidar.

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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.

Rimas: La Virgen de la tierna mirada

La Virgen de la tierna mirada (Rimas tipo Bequer)

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La ternura fluyendo en sus ojos

y el perdón descansando en su pecho;

hablo, miro y enjugo mi llanto

de rodillas, rogándole al cielo

que escuche mis loas

plegarias y rezos

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El altar de María, con flores

y presentes cambiando de aspecto;

yo la observo y la trato cual niño

aunque el tiempo me trate de viejo;

mientras, Mayo canta

con más sentimiento.

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Donde esperan sumisas promesas,

las canciones golpean de lleno;

la pasión aparece y procura

renovar el cariño y respeto

a la santa Virgen

de los ojos tiernos.

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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.

 

Soneto: Talía

A Talía (Soneto)
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Yo vivo con fervor la poesía;
que a nadie se le ocurra poner veto
esconder o borrar sobre un libreto,
lo que llega a ofrecer la musa mía.
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Frágil como una pluma llegó un día,
frágil sin esconder ningún secreto,
mi corazón hirviendo cual espeto
fue amigo, novio, amante de Talía.
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Hoy lleno de entusiasmo sigue vivo
un corazón poeta, una ilusión,
un latido entre líneas entregado.
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Confieso que la sangre con que escribo,
es una muestra más de una pasión
que poco a poco en mí se ha despertado.
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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.