-¿Quién prestó tanta
belleza
que me deja sin
palabras?,
un buen hombre
sorprendido
a la cueva preguntaba.
-¿Cómo puedes
conservar
formas de un tiempo
lozanas?,
¡tanto tesoro
encerrado
en tus oscuras
entrañas!.
-Ay amigo, anciana
soy,
llevo siglos a mi espalda
y perdí mucha
tersura,
Altamira, así me
llaman.
-¿A quién le diste cobijo
quién decoró tu
garganta?;
-soy la guarida del
homo,
de prehistoria
forrada.
Figuras
antropomorfas
grabados a
semejanza,
ellas proclaman a
coro
la inmortalidad del
alma.
La verdadera hermosura
no es tan fácil
encontrarla,
la queremos ver por
fuera
y es por dentro
donde se halla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario