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Fotografías Ramón Bonachi
LA ESPADA Y LA ARMADURA (Fabula moral)
Una espada reluciente
que dormía en vaina suave
de una abollada armadura
se burlaba la cobarde.
Esta dijo: - eres inercia
y naciste sin carácter
este aparente esplendor
apenas te hizo brillante.
Yo bien qué cardé la lana
mientras tu con tus modales
te llevabas fama y gloria
con tus métodos salvajes
¡No me ofendas, baladí!,
honores de los combates
mis abolladuras guardan
aunque tu no las aclames-.
Tal parece que el gobierno
cual espada que combate,
presume de sus victorias
y de sus habilidades.
Recibiendo duros golpes
el pueblo sigue no obstante,
como la armadura vieja
de este sentido romance.
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