Su vida en mi pañuelo (Octavas Reales)
Llegó lozana, fresca y olorosa,
mostrando su talante sin pudor,
de tallo inmaculado, ¡tan preciosa!
que perdí la cabeza por tal flor.
Disfruté en los brazos de mi rosa
mientras esta otorgaba su color;
un bello amor gallardo y bien florido
creí tener seguro y compartido.
.
Brilló mi Damascena por ventura
lo que brilla un segundo en esta vida,
las espinas salieron con premura
y mi rosa quedó descolorida;
fue tan grande y punzante mi amargura
que hasta el alma lloró con su partida.
Deshojada se fue mirando el cielo
mas sus hojas las llevo en mi pañuelo.
Bellísimo poema como siempre un deleite para quienes disfrutamos al máximo de ellos, fuerte abrazo Poeta!
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