Demencia
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Este buitre voraz, malvado y carroñero,
que con descaro dice que soy su rica presa,
espera su momento para entrar por sorpresa
y mostrarme de cerca su pico curvo y fiero.
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Devorará con ansias aquello que más quiero
hasta que ya no quede materia gris y espesa;
destripará la mente con tal constancia aviesa
que cuando me dé cuenta seré menos que cero.
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El día que mis huesos se sientan olvidados
y al buitre no le quede nada por devorar,
dejadme en un rincón con todos mis pecados.
El día que mis ojos no puedan ni llorar,
dejad que el sol caliente mis sueños disecados,
que queden a la vista, junto al runrún del mar.
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Fotografía y poema Ramón Bonachí..
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