A la persona que me lo dió todo y no se quedó nada para ella . a mi madre.
.
En el rincón de los pesares , (Soneto asonante)
.
Nunca mayor quietud se vio en tu frente,
ni heladas como un tempano, tus manos
cuando dejaste de tener en brazos
al Sol que sostenías en diciembre.
.
Y yo que fui semilla de tu vientre
sonrisa y llanto de un amor cruzado,
quise estar a tus pies, fríos, descalzos,
mas yo no estaba allí, y si la muerte.
.
Me quedé sin hablar, llorando a solas
en el basto rincón de los pesares,
con el alma partida, casi rota.
.
Si yo pudiera verte y abrazarte
de nuevo, entre el calvario de mis horas
tu adiós no dolería tanto “madre.”
.
Fotografía y poema Ramón Bonachí.
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En el rincón de los pesares , (Soneto asonante)
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Nunca mayor quietud se vio en tu frente,
ni heladas como un tempano, tus manos
cuando dejaste de tener en brazos
al Sol que sostenías en diciembre.
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Y yo que fui semilla de tu vientre
sonrisa y llanto de un amor cruzado,
quise estar a tus pies, fríos, descalzos,
mas yo no estaba allí, y si la muerte.
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Me quedé sin hablar, llorando a solas
en el basto rincón de los pesares,
con el alma partida, casi rota.
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Si yo pudiera verte y abrazarte
de nuevo, entre el calvario de mis horas
tu adiós no dolería tanto “madre.”
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Fotografía y poema Ramón Bonachí.
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