SONETO A MI PADRE
La tarta se quedó sin anfitrión
comerla no parece de recibo,
las copas con el brindis efusivo
este año no estarán, falta ilusión.
Se clava como daga al corazón
el día que no llega a su objetivo,
no puedo celebrarlo, no hay motivo,
hacerlo ya carecen de emoción.
La sonrisa ha quedado desplazada,
se perdió para siempre aquella euforia
y la foto testigo del desmadre.
¡Maldito seis de marzo, tu llegada!
Me llena de nostalgia la memoria;
no sirves para nada sin mi padre.
Ramón Bonachí... Tarragona
Lo siento amigo...y comparto ese dolor
ResponderEliminarcuando se van los nuestros , sobretodo lo que más amamos duele sin dudas y queda o a veces no se logra nunca mitigar
pero ellos querrían que nosotros sonriamos
que para eso nos enseñaron a enfrentar la vida y sus dolores...
además quien cree sabe que su viaje es necesario para prepararnos el camino al otro amanecer
te dejo un abrazo!