Era mocita según cuentan
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En una tarde gris de un día vago,
de esos que no apetecen ni calientan,
estaba una mocita según cuentan
caminando en invierno por el lago.
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Jubilosa a pesar del casto frío
se metió hasta los muslos en el agua,
más al fondo clamó la voz de un tío
¡-Subiros corazón a mi piragua!
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os dejaré el timón bella afrodita
para que os distraigáis si os apetece-.
La mocita tomó una margarita
y acercándose al pavo , tal parece,
.
alzo sus bellas faldas hasta el pijo
y dijo; -aquí os espera marinero
gustoso este tizón en mi cortijo
para que os olvidéis del frío enero-.
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