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Alguien la puso en duda, no la quiso a mi vera,
y pretendió en su día llenarme de quebrantos;
ya sé que en esta vida no todos somos santos,
mas no quise escuchar voces con alma fiera .
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Y le entregué mi amor sin pensarlo siquiera ;
me acosaban aún las sonrisas y llantos
de un amor anterior lleno de desencantos
que decidí olvidar en un lugar cualquiera .
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Los años me confirman que no me equivocaba,
no fue por su talante, su forma o su color,
fue un amor repentino que no dudó en crecer.
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Alguien dudó de ella, por lo que aparentaba,
mas esa rosa “rosa”, de perfumado olor***
sigue conmigo erguida sin nada que esconder.
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Fotografía y poema Ramón Bonachí.
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