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martes, 28 de octubre de 2025

Sonatina: Cual si fuera una rosa


Cual si fuera una rosa
.
Inocente, valiosa , indefensa y ansiosa,
descubriendo mañanas cual romántica rosa
y otorgando a sus días inefable color.
Acogida en el seno de aventuras sin freno,
daba forma constante de lo propio y ajeno
aprendiendo del tiempo su profundo valor.
.
Cada día un manojo de enramados instantes,
devoraban las horas como bocas gigantes
y sirvientes de un paso dictador y muy cruel.
Cada día sumado daba inicio al siguiente
con la fuerza y el brío de un ansioso presente
que ofrecía al futuro dulces tarros de miel.
.
Eran suaves los pétalos, todos ellos en mano
del intenso perfume, que le daba al verano
y a las cálidas noches que esperaban atrás.
Con el cielo cubierto de momentos de gloria,
disfrutaba orgullosa su fugaz trayectoria
con el vientre repleto de quizás y ojalás.
.
Su ilusión veraniega no tenía barreras,
ni tenía en la mente coronarse de esperas;
se movía y crecía con total libertad.
A los ojos del mundo parecía invencible
vigorosa presencia, de final imposible,
mas los días cambiaron sin aviso de edad.
.
Deshojando el otoño su sedosa armadura,
la firmeza dejaba de sentirse segura;,
las doradas mañanas, arañaban su tez.
Las caricias de otoño parecían puntales
para no destruîr sus momentos vitales
y seguir resistiendo con total sensatez.
.
Eran horas contadas, con la piel resistiendo
el embate del viento, bajo el clásico atuendo
del momento dorado, predispuesto a arañar.
Fueron soles cansados, asomándose pálidos,
solamente siluetas de pasados escuálidos
y que andaban vestidos de manera dispar.
.
Hoy el traje de invierno, descosido y ajado,
no será suficiente, no dará resultado
con el frío a las puertas de un gastado elixir.
Con la nieve rondando la reseca hojarasca
de una rosa que aguanta toda débil borrasca
va quedando apresado todo intento de huir.
.
Toda fuente de vida, con la suerte delante,
va dejando estaciones con el tiempo expectante
cual si fuera la rosa, de mi viejo rosal .
Aparece el temor al saber que el invierno
borrará de la mente todo instante materno
cuando diga la vida, “ha llegado el final”
.
Fotografía y poema: Ramón Bonachí.

viernes, 3 de octubre de 2025

Soneto: Dejé atras al cobarde


Dejé atrás al cobarde, vida mía,
.
Dejé atrás al cobarde, vida mía,
con mi osadía, clásica y barroca,
llegué hasta los gemelos de tu boca
cuando más el instante lo quería.
.
Cuando más el instante lo quería
gocé de rica miel, y no fue poca,
con el sabor que a bien ella sofoca
dejé atrás al cobarde, vida mía.
.
Donde parten los besos cualquier roca,
Allí, donde hasta el cielo incluso toca
el ciego suspirar de mi porfía;
.
allí, donde el placer, placer provoca,
con mi osadía clásica y barroca,
deje atrás al cobarde, vida mía.
.
Fotografía y poema: Ramón Bonachí.
Soneto con la Estructura de Carilda Oliver Labra


 

Soneto: A tu lado


A tu lado
.
A ti, mi soledad, refugio pido,
pues mucha es la congoja que me ataca;
el desaliento es una gran estaca
clavándose en mi pecho dolorido
.
Y así sigo a tu lado, mal querido
por un silencio extraño que machaca
y que me mete en esa zona opaca
donde solo se ve lo que he perdido.
.
Mas yo que intento hallar horas despiertas
y ausentes de un ayer que me supura,
parece que estén sórdidas o muertas.
.
El que goza de dicha y de ventura
con la respiración lejos de alertas
tu nombre “soledad” ni lo murmura.
.
Fotografía y poema: Ramón Bonachí.

Soneto Alejandrino: El mar y ella








El mar y ella (Soneto Alejandrino)
.
En sus verdosos ojos hay un mar al que quiero
y en ese mar presente hay un ayer que quise;
como el mar, lo que siento, no hay viento que lo alise,
como el mar, ni la espuma que brota, la modero.
.
Un aluvión de anhelos le llegan a manojos,
pues soy como una ola que lucha y persevera;
quiero llegar a ella del modo que ella quiera
y fundirse en el iris de sus verdosos ojos.
.
En lo alto de la cresta de este querer constante,
cualquier hora del día muere por alcanzarla;
no hay nada más hermoso ni nada semejante.
.
En este mar abierto deseo hoy encontrarla,
para vivir con ella cualquier pequeño instante
que llegue hasta mis labios cuando vuelva besarla.
.
Fotografía y poema: Ramón Bonachí.

Sonetillo: De tu candor me alimento


De tu candor me alimento (SONETILLO)

.
El candor de tu mirada
tiene un místico cortejo,
es el plácido reflejo
de una noche constelada.
.
Es la mirada esperada
de ese niño tan complejo
que contigo llegó a viejo
sin apenas vivir nada.
.
Este candor estimado…
¡Oh!, triste de mí, lo siento,
nunca te lo he confesado
.
Mas ahora es el momento;
de cada instante a tu lado
¡vive Dios!, que me alimento.
.
Fotografía y poema: Ramón Bonachí.

Soneto alejandrino: Oidos sordos


Oídos sordos
.
Él dejó su mensaje de paz y de esperanza
con el claro deseo que la bondad exige;
mas el mal que responde por aquel que lo elige
se acomoda en las fauces de la vil desconfianza.
.
Con los oídos sordos , lo negativo avanza,
y no hay lugar seguro si nadie lo corrige ;
solo asoman tormentas de aquel que las dirige
en inclina todo el peso de una ciega balanza.
.
En este mundo escaso de buenas sensaciones,
el mal cabalga libre como potro alocado
mientras el bien se arrastra con el corazón yerto.
.
Con las palabras llenas de buenas intenciones
y con la tinta roja de un odio ensangrentado,
Él dejó su mensaje pero con poco acierto.
.
Fotografía y poema: Ramón Bonachí.
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Soneto Alejandrino: Mi estrella


Mi estrella
.
Tan lejos y tan cerca anda mi estrella
en este firmamento que acompaña;
mientras, mi vida va con saña o maña,
lacrando cada paso que descuella.
.
La leve transparencia de la huella
que quedará tras su locuaz campaña,
será la que tal vez logre la hazaña
de no dejar en pie ni una querella.
.
El adiós que ha de haber llegado el día
en que mi voz por lógica se apague,
desde este firmamento que me guía
.
quizá mi buena estrella no divague
y decida brillar con osadía
hasta que el infinito se la trague.
.
Fotograafía y poema: Ramón Bonachí.
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Sextetos italianos: Eclipse


Eclipse (Sextetos italianos)
.
Selene dejó abiertas las puertas de la ciencia
durante el tiempo exacto de una pactada noche,
con su locuaz misterio, vagando alrededor.
Mirando como siempre su mágica presencia
vi como se eclipsaba su blanquecino broche,
perdiendo por un tiempo todo su resplandor.

Mis ojos encontraron un halo de ternura
cuando una luz amiga se deshizo del velo
que impedía a Selene lucir con claridad.
En la quietud solemne de su blanca figura
el eclipse dejaba a ser parte en un cielo
tan infinito como su misteriosa edad.
.
Una vez más ,Selene, en su concha de plata,
asomaba despacio con la piel de alabastro
y entraba en los dominios de un nuevo anochecer.
Allí midiendo el paso con su cara de nata
y su sedoso vuelo, sin dejar huella o rastro,
lucía sus encantos antes de descender.
.
Fotografía y poema : Ramón Bonachí.
.



 

Soneto a una pintura: Picarona


Soneto a una pintura
.
Picarona

En un claro vaivén vuestra figura
bien parece una bella mariposa,
al lado del jazmín clavel o rosa
sois más que una fantástica pintura.
.
Tal vez ocasionáis esa locura
que provoca pensar en otra cosa,
más allá de mostraros tan graciosa
hay quien busca algo más a baja altura.
.
Mas tampoco de deis mucho revuelo,
que no puede cazaros desde el suelo
por mucho que de santo se disfrace.
.
Y si el ir y venir tan bien os place.
dejad que pique i pique en el anhelo
que a la vista dejasteis como anzuelo.
.
Poema Ramón Bonachí.
Pintura : El columpio . De Jean Honoré Fragonard

Soneto: En el rincón de los pesares


A la persona que me lo dió todo y no se quedó nada para ella . a mi madre.
.
En el rincón de los pesares , (Soneto asonante)
.
Nunca mayor quietud se vio en tu frente,
ni heladas como un tempano, tus manos
cuando dejaste de tener en brazos
al Sol que sostenías en diciembre.
.
Y yo que fui semilla de tu vientre
sonrisa y llanto de un amor cruzado,
quise estar a tus pies, fríos, descalzos,
mas yo no estaba allí, y si la muerte.
.
Me quedé sin hablar, llorando a solas
en el basto rincón de los pesares,
con el alma partida, casi rota.
.
Si yo pudiera verte y abrazarte
de nuevo, entre el calvario de mis horas
tu adiós no dolería tanto “madre.”
.
Fotografía y poema Ramón Bonachí.

Serventesios: Himno a un momento errante


Con los ojos abiertos , un momento,
los cierro… y el momento, se ha perdido ;
mis sueños solo son polvo en el viento,
y mueren sin haberse conocido.
.
Bajo un cielo infinito, me he quedado,
en un parco lugar de extensa nada,
toda la libertad que me he disfrutado
ha sido injustamente desterrada.
.
Tan solo puedo recordar ahora
un momento de gloria y poderío,
ese vivir sin limites añora,
un ayer que negaron fuese mío.
.
No hay nadie calentándose en la hoguera
ni canciones al díos que tuve un día
solo hay polvo aumentando mi ceguera
y el viento como eterna compañía
.
He perdido la fuerza en el trajín
que he sufrido, por culpa del instante,
en que abriera los ojos con el fin
de no ser un momento más, errante.

Serventesios: Abandono


Abandono (serventesios)
.
Mirando el mar veo partir mis sueños,
se van y dejan un sabor salado;
no importa si son grandes o pequeños
se van con las caricias que te he dado.
.
Con qué ligeros pasos me abandonas,
dejando muy atrás todo lo hecho,
después de navegar por anchas zonas
y despertar mañanas en el lecho.
.
Tu adiós me deja ver tan solo estelas
de espuma blanca, sobre un mar tejido
de recuerdos, que van arriando velas,
y todas de la nave del olvido.
.
Se pierde la mitad y más querida
de la parte más dulce de los dos;
te llevas, de mi vida, media vida
y yo solo me quedo con tu adiós.
.
Fotografía y poema: Ramón Bonachí.