Soneto a una pintura : Revolución

 

Imagen de internet

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Soneto a una pintura

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Revolución

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Dale vida a la vida con los brazos abiertos

y levanta con furia la espada de Damasco;

la libertad espera metida en algún frasco

y ahogándose en la sangre de sus ayeres yertos .

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Hay gritos que pretenden estar siempre despiertos,

el precio que se paga borra cualquier fiasco;

el sabor a victoria nunca produce asco

si las bocas futuras recuerdan a sus muertos.

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Lo dice el desconsuelo, lo dice la amargura,

el precio de lo injusto, produce rebeldía,

mostrándose de frente, dispuesta y bien segura.

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Entre execrables sombras, busca la luz del día,

y veras que el valor rasga la vestidura

de una revolución que sangra en demasía.

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Poema Ramón Bonachí.

Óleo sobre lienzo : Eugène Delacroix

Soneto: La última cita

 

La última cita (Soneto )

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Amar es un momento apasionado,

el cara o cruz que elige la moneda,

el hecho de perder lo ayer ganado

aprieta como hiedra que se enreda.

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El dolor sigue vivo, sigue atado,

junto a una molesta polvareda,

la última cita, apena demasiado,

cuando solo el recuerdo es lo que queda.

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Habrá citas futuras, bien seguro,

pero ya sin aquellas mariposas

que volaban “mi amor” cerca de ti.

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Te dirán que quedé al lado oscuro

de unas cruces que emergen como rosas

y que saben que aún… lloras por mí.

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Fotografía y poema Ramón Bonachí.

Soneto: Remordimiento

Remordimiento

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Una noche, metido en mi tristeza,

rastreando recuerdos al azar,

comprendí que es difícil ignorar

la culpa, si esta ronda en la cabeza.

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Esa culpa con toda su aspereza

siempre busca un motivo donde hurgar,

(sin pudor, sin quejarse , sin hablar)

allí donde flaquea la certeza.

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Al dudar de mis propias decisiones

llegué a poner en jaque a mi conciencia,

a causa de fingir un mal momento.

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Así paso la noche en ocasiones

con esa desazón, si la evidencia,

me lleva hacia un total remordimiento.

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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.

Soneto Alejandrino : Cualquier instante tuyo

Cualquier instante tuyo (A la poesía)

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Te acercas hasta mí, si entrego la mirada,

desde ese punto abierto, llamémosle deseo.

En la raiz del alma, suave es el borboteo

que sin querer provocas, aunque no digas nada .

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Paseas por mis ojos, desnuda y perfumada

con atrevidos tropos con los que me recreo,

a veces, me seduce tu grácil galanteo,

el que siempre conviertes en perla nacarada.

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¡Oh! piel, preciosa piel, de tinta que procura

seducir de tal modo, que veloz y efusivo,

me entrego con la idea de ser su fiel cautivo

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¡Oh!, mi ninfa soñada,de visible factura ,

quiero seguir tus pasos , para sentirme vivo,

quiero dejar mi aliento pegado a tu figura

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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.

Soneto: Incertidumbre

 

Incertidumbre (Alegoría)

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Me enfrento con el riesgo y lo inseguro,

aunque no sepa a veces donde piso,

me enredo con un rol que no diviso

en medio de lo claro y de lo oscuro.

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Sigo viendo de lejos esa cumbre

que ofrece unos caminos sin marcar,

dudo si andar deprisa o esperar,

pues me eriza la piel la incertidumbre ,

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No sé bien con qué cuerda he de subir,

a veces esta indecisión agota ,

el cielo calla, pero el tiempo acota

hasta las ganas locas de seguir.

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Aspiro el aire mientras voy subiendo

por la montaña rusa de la vida;

la cara o cruz, al vuelo, está servida

y la suerte quizá me esté mintienfo .

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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.

Soneto: A una estatua

A una estatua 

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Ya casi nadie mira, sorprendido

por los años, mi imagen fracturada;

el tiempo de una sola dentellada

ha dejado mi nombre mal herido.

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Desconozco quien soy o quien he sido:

de ser todo, he pasado a no ser nada;

una efigie de mármol descuidada

con fragmentos de ayer en el olvido.

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Con una soledad que aprieta fuerte

ni unos versos grabados con retóricas

alegran este pedestal ajado

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que me sujeta y me mantiene inerte.

Dentro de mí retengo horas históricas

que, igual que yo, se mueren a mi lado.

Sserventesios con pie quebrado : Amores que quedan

Amores que quedan (Serventesios con pie quebrado)

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Te dije, “aprieta fuerte, con ganas, no me dejes

que noto que el adiós presente, está cercano,

insiste una vez más con fuerza y no te alejes,

ni me sueltes la mano”.

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Quisiera darte un poco de mi preciada vida,

pues mi amor ya lo tienes, te lo di por entero,

la impotencia me daña, me duele, en gran medida

y siento que me muero.

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Te dije, “abre los ojos ¡vamos, vamos!, despierta

que quiero ver la luz de nuevo en tu mirada,

no quiero ver tu mano por el cansancio abierta,

mejor así, cerrada”.

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Más me quedé a solas con la pena más dura,

al llegarme el aliento del último suspiro;

la noche más helada dejó tanta amargura

que aún hoy la respiro.

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Y te dije entre lágrimas, “adiós mi dulce amor,

dejo tu mano libre para un nuevo presente;

y tu recuerdo aquí viviendo en mi interior

muy dentro de la mente”

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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.

El último apretón de manos es el más doloroso.