Siguiendo la línea de la playa, que se une y confunde con la de Altafulla, se alza el castillo de Tamarit. En una cala rodeada de rocas, escarpado para su protección,
con el agua lamiéndole los cimientos,
el majestuoso, romántico y legendario castillo de Tamarit ofrece una bellísima imagen para el viajero capaz de captarla.
Dicen que sus orígenes son ibéricos y romanos y que fue reconstruido en el siglo XI,
cuando Ramón Berenguer "El Viejo" lo dio, en 1053, al caballero Sunyer para que consolidara esa zona,
siguiendo la política de repoblación del Tarragonés.
Unos años más tarde, el mismo conde, daría el castillo,
junto con la ciudad de Tarragona, a Bernat Amat de Claramunt,
tal vez porque el anterior había fracasado en el intento de repoblar.
Llegó a abandonarse en el siglo XVI tras una epidemia de peste.
El castillo fue adquirido, en 1916, por un multimillonario norteamericano,
Charles Deering de nombre, el cual lo restauró; sería el pintor catalán Ramón Casas,
amigo de él, quien le convenciera para comprarlo,
por lo que la mano de Casas puede verse en esa restauración no muy del gusto de entendidos.
Como propiedad privada es imposible verlo por dentro,
pero al menos la capilla sí se abre al público los domingos para oír misa; además del pequeño templo románico,
en el recinto hay restos de murallas del siglo XIV y una colección privada de piezas artísticas de gran valor.
Las leyendas, por ahora, no tienen propietario.
el majestuoso, romántico y legendario castillo de Tamarit ofrece una bellísima imagen para el viajero capaz de captarla.
Dicen que sus orígenes son ibéricos y romanos y que fue reconstruido en el siglo XI,
cuando Ramón Berenguer "El Viejo" lo dio, en 1053, al caballero Sunyer para que consolidara esa zona,
siguiendo la política de repoblación del Tarragonés.
Unos años más tarde, el mismo conde, daría el castillo,
junto con la ciudad de Tarragona, a Bernat Amat de Claramunt,
tal vez porque el anterior había fracasado en el intento de repoblar.
Llegó a abandonarse en el siglo XVI tras una epidemia de peste.
El castillo fue adquirido, en 1916, por un multimillonario norteamericano,
Charles Deering de nombre, el cual lo restauró; sería el pintor catalán Ramón Casas,
amigo de él, quien le convenciera para comprarlo,
por lo que la mano de Casas puede verse en esa restauración no muy del gusto de entendidos.
Como propiedad privada es imposible verlo por dentro,
pero al menos la capilla sí se abre al público los domingos para oír misa; además del pequeño templo románico,
en el recinto hay restos de murallas del siglo XIV y una colección privada de piezas artísticas de gran valor.
Las leyendas, por ahora, no tienen propietario.
impresionantes fotografías!!! que belleza en estos dias de vacaciones hice parada en Tarragona y es una ciudad que no te cansas de visitarla,
ResponderEliminares preciosa!!
besos y sonrisas
Hermosas fotos!! Usted es fotografo? porque en verdad son increibles!!!
ResponderEliminarSaludos:)
Imponente, majestuoso. Las fotografías son verdaderas postales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias , siempre alegras mi corazon con tus comentarios . besos
ResponderEliminarNo lenn soy un simple empresario de hosteleria al que le llena de orgullo lo conpares con un profesional , un fuerte abrazo de agradecimiento y amistad
ResponderEliminarGracias por toda tu estima miluna a la hora de valorar mi trabajo , saludos y abrazos de amistad
ResponderEliminar