Ausencias
.
Son muchos los nombres
dentro de la memoria,
más allá del adiós
de cualquier despedida .
Cuantas horas, cuantos días,
cuantos meses, cuantos años
siguen ahí sin parar
girando como una noria,
con un sentimiento
imposible de ocultar.
Una fuerza desmedida
y de enorme tamaño
entra en juego y me enseña
las cartas del vivir, morir.
Adioses queridos
que se abrazan entre si
en pos del viento,
se acercan, susurran
y mas tarde… nada
Ese instante fugaz,
ese triste suspiro,
al llegar, humedece
el color de los ojos;
baila con las lagrimas
que conservan mi ayer
y este, paso paso,
se introduce más y más
en el pasado que tengo
y que sigue pensando en mí.
Tengo pegados los restos
de una sentida ausencia
con las sombras del ayer
intentando volver a vivir.
A veces el recuerdo
me obliga a murmurar,
despierta una nostalgia
que al volver a respirar
embarga y emociona
cualquier parte de la piel.
Emociones y añoranzas
que vienen y van
con los nombres y vidas
de aquellos que están y no están.
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