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miércoles, 1 de febrero de 2017

Un Dios enfurecido (Soneto alejandrino)




Un Dios enfurecido
.
El olor a salitre parece más potente
cuando el viento cabalga feliz sobre las olas,
estas llegan gritando del norte y de poniente
y se estrellan rabiosas al frío rompeolas.
.
Mientras sigue en el fondo la fuerza del tridente
en la orilla se quedan dormidas las cabriolas, 
un sendero de espuma se seca lentamente
escondiendo sus voces  en blancas caracolas.
.
Es el mar al que miro quien abre mi locura,
me seduce el poder azul de su vestido.
Hechizado por ver de cerca tal  bravura 
.
me dedico a escuchar el clásico sonido
del cantar de sirenas con mágica escultura .
Mientras, rugen los ecos de un Dios enfurecido. 
.
Fotografía y poema :Ramón Bonachí.

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