La casa de la dama feliz (Octavas francesas )
.
Sus ojos, dos ventanas sin cerrarse,
y la boca, una puerta diferente
que te invita a vivir en el presente
y a pintar de colores la ilusión.
El brillo que desprende su cabello
compite con el sol que he dibujado
y dispuesto a quedarse de invitado
en el lecho que lleva al corazón.
.
Sus manos, el jardín de las pasiones,
donde nacen y crecen las caricias,
como flores que llenas de delicias
anegan de perfumes el hogar.
Ideal es el cielo que imagino
con nubes de algodón sobre sus cejas,
y sus labios… sus labios rojas tejas,
donde mis besos van a descansar.
.
Fotografía y poema Ramón Bonachí
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Sus ojos, dos ventanas sin cerrarse,
y la boca, una puerta diferente
que te invita a vivir en el presente
y a pintar de colores la ilusión.
El brillo que desprende su cabello
compite con el sol que he dibujado
y dispuesto a quedarse de invitado
en el lecho que lleva al corazón.
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Sus manos, el jardín de las pasiones,
donde nacen y crecen las caricias,
como flores que llenas de delicias
anegan de perfumes el hogar.
Ideal es el cielo que imagino
con nubes de algodón sobre sus cejas,
y sus labios… sus labios rojas tejas,
donde mis besos van a descansar.
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Fotografía y poema Ramón Bonachí
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