La leyenda del Cristo de la Vega.
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Diego, frente al Cristo de la Vega, le prometió a Inés que se casaría con ella en un mes, a su regreso de la guerra. Pero, cuando volvió, el caballero había logrado fama y olvidó su promesa.
Inés, poniendo de testigo al Cristo, acudió al gobernador para que defendieran su honra. Así pues, se le tomó juramento a la imagen, y, ante el estupor de todos, el Cristo levantó la mano de la cruz y gritó: "sí, juro"
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Soy testigo (Sonetillo )
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Soy aquel que por las noches
salgo a descubrir pecados
que suenan como obligados
anulando los reproches.
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Se muy bien que los fantoches
de miserias van armados,
tienen los dedos cruzados
y vuelan como alimoches.
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Soy quien con su epifanía
levantó la mano y dijo:
"si, lo juro", señoría
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no fue ningún acertijo,
prometió casarse un día
delante del crucifijo.
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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.
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