Pueblo viejo
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Con el maíz y el verde en bandolera,
asidos de la mano calle abajo,
dijiste: ”Escoge bien cualquier atajo
o siembra aquí tu vida y luego espera".
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Y me fui, con tu nombre de posguerra,
no hubo siegas de sol ni desparpajo,
te solté de la mano, y, cabizbajo,
me alejé sin pensármelo siquiera.
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Con el maíz dorado haciendo bulto,
la añoranza con ritmo viene y va,
y aviva los recuerdos que hay en mÍ.
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Quizá llegue dormido ya el indulto;
dado que el tiempo es solo un “qué será”,
ni el hola ni el adiós siguen allí.
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