Dos polos opuestos
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Cual golpe de verano que se aviva
y en virtud de un ahogo que no frena,
se abraza y se presenta en casa ajena
una extraño y agónico calor.
Es un fulgor que pesa demasiado
y que deja sediento el pensamiento,
no da tregua o respiro a un sentimiento
que busca el agua fresca del amor.
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Más el frío es peor que los calores;
cuando el amor, no alienta suficiente,
tiritan los anhelos en la mente
y esta se congela un poco más .
Dichas alegorías, por costumbre,
son dos polos opuestos en la nada,
en medio de una senda enamorada
que da calor o frío por detrás.
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Fotografía y poema : Ramón Bonachi.
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