Del amor al odio hay solo un paso (Octavas reales sáficas)
.
Amor inmenso, indiscutible guía,
que santo y puro se me acerque al lecho;
que me proteja al despertar el día
y por la noche me caliente el pecho.
Amor intenso, amor del alma mía,
con tus virtudes nunca toques techo.
Amor preciado, sensación ardiente,
acércate hasta mí latir prudente.
.
Mas del amor al odio hay solo un paso;
cuando la tirria, la razón engulle
y por su sed, no escucha ni hace caso,
todo el rencor de la venganza fluye.
Cuando el amor que había duerme al raso
el odio toda buena acción destruye.
Sobre un altar que al parecer custodio
ya no hay lugar para un reseco odio
.
Fotgrafía y poema Ramón Bonachí.
Segunda fotografía cedida: Años de posguerra
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